Existeix una altra manera de fer servir la raó
Las palabras del Señor, que hemos escuchado en el pasaje evangélico, son un desafío para nosotros, los teólogos, o tal vez, para decirlo mejor, una invitación a un examen de conciencia: ¿Qué es la teología? ¿Qué somos nosotros, los teólogos? ¿Cómo hacer verdadera teología? Hemos escuchado que el Señor alaba al Padre porque ha ocultado el gran misterio del Hijo, el misterio trinitario, el misterio cristológico, a los sabios y a los doctos – ellos no lo han conocido – y lo ha revelado a los pequeños, a los nèpioi, a aquellos que no son doctos, que no tienen una gran cultura. A ellos se les ha revelado este gran misterio.
Con estas palabras, el Señor describe sencillamente un hecho de su vida; un hecho que comienza ya en los tiempos de su nacimiento, cuando los Magos de Oriente preguntan a los competentes, a los escribas, a los exegetas, el lugar del nacimiento del Salvador, del Rey de Israel. Los escribas lo saben porque son grandes especialistas; pueden decir enseguida dónde n...