Carmen
La vidriera hermosa que te separaba ha sido abierta
la has cruzado discreta pero solemnemente
dejando atrás nuestras pupilas empañadas de emoción
Te hemos visto cruzar las lindes
acariciarlas, besarlas…
Al pasar has mostrado cuán pequeños son nuestros ojos
cuán escasas las flores
cuán vacías las sillas
cuán ridículas las miradas
Tu cuerpo , cada vez más pequeño no ha ido al compás de tu espíritu ,
que se ha ido engrandeciendo hasta no caber en ti.
Miro despacio una y otra vez y escucho en ese espacio abierto
y no oigo otra cosa que el susurro del Magnificat
que se repite sin cesar acompasado:
“ porqué ha mirado la pequeñez de su sirvienta,
desde ahora todas las generaciones me llamaran dichosa…
porque su nombre es santo”
Sin duda que el cielo no es ningún lugar como tal
pero de cualquier modo
no sabes cuanto te agradezco,
no sabes cuanto te agradezco,
que nos lo hayas mostrado.
Glòria Vendrell i Balaguer
Pentecosta 2014
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