L'últim llibre de l'any


La veritat és que aquest any he llegit molts bons llibres, però aquest m'ha sorprès molt, és molt recomanable: per a creients perquè aporta arguments científics raonables ben sòlids, i això és fascinant, per a agnòstics perquè els convida a seguir buscant la veritat, i això és irrenunciable, i per a ateus perquè anima a replantejar les coses, i això és molt convenient.

Deixant de banda la segona part, de la qual salvo l'apartat de filosofia, quan relaciona l'existència de Déu amb les matemàtiques (fa pensar molt), és especialment interessantíssima tota la primera part, on es reflexiona a partir de l'univers i la cosmologia!


En definitiva, Dios existe o no existe: la respuesta a la pregunta acerca de Dios existe independientemente de nosotros; y es binaria. Es sí o es no.


Hoyle: en efecto, el Big Bang es, en realidad, un despliegue sumamente organizado en varias fases. No tiene nada de una explosión fortuita, desordenada o aleatoria. Corresponde a un proceso muy cuidadosamente ajustado,través del cual todos los elementos que hoy constituyen nuestro Universo aparecen progresivamente.


Max Planck, el legendario fundador de la ciencia de lo infinitamente pequeño en que consiste la mecánica
cuántica, afirmaba: «Toda la materia encuentra su origen y existe solo en virtud de una fuerza.


Brian Greene, en su conferencia TED, proyecta la imagen de este número: 0,000 000 000 000 000 000
000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 001 38: «Este número es espectacularmente pequeño. Y el misterio aparece cuando se intenta explicarlo. Quisiéramos que ese número emergiese de las leyes de la física, pero hasta ahora nadie encontró la manera de hacerlo». En otras palabras, la constante que regula la curvatura de nuestro Universo tan solo tiene una posibilidad sobre mil millones de mil millones de mil millones de mil millones de mil millones de mil millones de mil millones de mil millones de mil millones de mil millones de mil millones de mil millones de mil millones de recaer sobre el valor justo por el simple juego del azar. ¿Por qué esta constante de estructura fina tiene precisamente el valor de 0,007 297 352 537 3? Nadie lo sabe. Se sabe, en cambio, que, si el valor de la decimotercera cifra después de la coma fuese remplazado por otro, no funcionaría.


En 2006, cuando recibió el Premio Nobel por las imágenes, impresionantes, de la primera luz del Universo, George Smoot dedicó toda su conferencia a este tema. Dijo: «Es como ver el rostro de Dios. […] Vi el Universo en sus inicios, vi esa anisotropía que permitió la existencia del Universo».

Explicó entonces que, como ya hemos dicho (ver más arriba), el Big Bang, lejos de ser un cataclismo, es por el contrario un proceso muy finamente organizado, con cierto número de acontecimientos secuenciales que se desarrollan en el tiempo: «La evolución del Universo está inscrita en sus inicios es, por decirlo así, una especie de ADN cósmico»


Las teorías de los multiversos no resuelven el problema de saber cómo nuestro Universo empezó. Poco importa el número de universos que estas teorías hacen proliferar, el principio absoluto del multiverso siempre requiere una explicación. Los multiversos aparecen en realidad como escapatorias para evitar la interrogación metafísica


El ADN resulta ser el ensamblaje de informaciones más elaborado que se conoce en el Universo .Es una auténtica hazaña tecnológica en términos de almacenamiento de la información. Para escribir la información que el ADN logra almacenar en un núcleo de seis milésimas de milímetros, se necesitaría un millón de páginas, o sea, más de treinta veces el tamaño de la Encyclopædia Britannica. Con esa tecnología, ¡todos los libros escritos por el ser humano (estimados en 30 000 000 de veces la Encyclopædia Britannica) cabrían tan solo en una pequeña cucharita de té!

Pierre Sonigo, director de investigaciones en el INSERM, equivalente francés del NIH norteamericano, especialista en genética molecular, añade: «El ADN aparece como la causa histórica, el principio de una historia, pero nadie sabe de dónde viene, ni cómo opera para producir la vida» Viniendo de un científico ateo, esta constatación de ignorancia da que pensar.

Sir Francis Crick, premio Nobel de Química en 1962 por su descubrimiento del ADN, no creyente, reconocía la parte del misterio del ADN: «Una estructura tal como el ADN no puede haber aparecido por azar».


Fred Hoyle, que pasó del ateísmo al deísmo, considera que el rechazo de una inteligencia creadora solo se explica como el resultado de un bloqueo psicológico o ideológico: «La teoría según la cual la vida fue creada por una inteligencia es tan evidente que uno se pregunta por qué no es comúnmente aceptada. Las razones son psicológicas más que científicas».


Fred Hoyle (1915-2001), cosmólogo y astrónomo: «Hay tantas probabilidades de que la vida haya surgido por azar como de que un tornado que barra un depósito de chatarra monte un Boeing 747 a partir de los materiales que allí se encuentran». – «La existencia de Dios está probada por la probabilidad matemática de 1040 000»


Christian de Duve (1917-2013), bioquímico, premio Nobel de Fisiología en 1974: «Dios juega a los dados porque está seguro de ganar. […]. Opté por un Universo significante y no desprovisto de sentido. No porque esee que tal sea el caso, sino porque es así como interpreto los datos científicos de los que disponemos. […]. El Universo estaba “preñado de la vida”, y la biosfera, del hombre»


Francis Collins (nacido en 1950), genetista, director del Instituto Americano de Salud, especialista de la
secuenciación del genoma humano: «La creencia en Dios puede ser una elección totalmente racional, y los principios de la fe, de hecho, son complementarios con los de la ciencia»

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