La Seu de Manresa
La Seu de Manresa Poema de Luis Cernuda Entra en la catedral, ve por las naves altas de esbelta bóveda, gratas a los pasos errantes sobre el mármol, entre columnas, hacia el altar, ascua serena, gloria propicia al alma solitaria. Como el niño descansa, porque cree en la fuerza prudente de su padre; Con el vivir callado de las cosas sobre el haz inmutable de la tierra, transcurren estas horas en el templo No hay lucha ni temor, no hay pena ni deseo todo queda aceptado hasta la muerte y olvidado tras de la muerte, contemplando, libres del cuerpo, y adorando necesidad del alma exenta de deleite. Apagándose van aquellos vidrios del alto ventanal, y apenas si con oro triste se irisan débilmente Muere el día, pero la paz perdura postrada entre la sombra.