La perla preciosa
En ocasiones ofrecemos una imagen muy pobre del
cristianismo, al presentar el precio de todo lo que hemos vendido-o de lo que
tenemos que vender- en vez de mostrar el valor de la perla que hemos encontrado
y pretendemos adquirir. Caemos en la trampa de dar más importancia al precio que al valor.
Quizá no seamos buenos constructores y empecemos
la casa por el tejado. Primero hemos de encontrar la perla y entonces nos
daremos cuenta de que cualquier precio que paguemos es escaso para conseguir un
bien tan valioso.
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada